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FLORENCIA CUELI
La maestra que aprendió a escuchar



Ayudante de Pedagogía I en el Profesorado en Ciencias de la Educación y la Licenciatura en Psicopedagogía de la EH

“Desde chiquita fui a un jardín maternal. Mi mamá era maestra jardinera en el jardín del INTI. Me llevaba al trabajo con ella. Yo la ayudaba”. Años después cursó el bachiller con orientación docente en Villa Lugano, donde también hizo sus primeras prácticas. “Esa fue mi primera experiencia docente. Trabajábamos de a dos, en parejas pedagógicas, algo que me marcó para siempre”. Hoy es ayudante de cátedra en la UNSAM, pero también es maestra jardinera y da clases en una escuela secundaria de Lugano.

“Algo que aprendí como docente es que todxs necesitamos ser escuchados. Lo importante no es la nota, tiene que ver con algo más humano, una contención que yo también recibí cuando estudiaba acá”. En 2015, Cueli terminó el Profesorado en Ciencias de la Educación de la UNSAM y, al poco tiempo, la convocaron para dar clases. “Stella Maris Más Rocha, que fue mi profe y con la que siempre tuve un trato muy cercano, me llamó y en seguida dije que sí. Fue una emoción enorme, hasta hacía media hora yo había estado del otro lado como estudiante y ahora me convocaban para dar clases”.

Cueli dice que tuvo grandes referentes. “Jorge Gorostiaga fue el tutor de mi tesis. Con él participé de congresos y compartí becas de estudio. Karina Lastra corrigió mi tesis y le interesó mi perfil. Gracias a ellxs llegué a ser ayudante de cátedra, una experiencia maravillosa”. Los primeros pasos como docente no fueron fáciles. “Al principio tenía mucho miedo. Estar frente a un grupo de estudiantes que recién empezaban o con personas mayores que yo implicó un desafío y una responsabilidad muy grandes. Con el tiempo fui aflojando”. Hoy, cuando Cueli se cruza con sus estudiantes en el Campus siente que la saludan con confianza. “Me acuerdo de los nombres o las caras de casi todxs. Compartimos mucho tiempo juntxs, debatimos, descubrimos cosas, aprendemos”. 

Para Cueli el compromiso es con la universidad y con los compañerxs, pero sobre todo con lxs estudiantes y sus derechos. “Somos sujetxs de derecho y eso lo tienen que tener claro. Sé que la situación del país hoy no acompaña, pero la prioridad es el estudio. Siempre les digo que hay que terminar la carrera. No abandonar, no bajar los brazos”.

“Siento que nunca me fui del lugar de estudiante: estoy con ellxs. Preparo las clases con mucha anticipación, me gusta llegar con los temas claros, pero también con preguntas que desafíen. Sigo aprendiendo, nunca está todo cerrado: aprendemos con el otrx, aprendemos juntxs”.