Logo UNSAM
                 
logo-UNSAM

UNSAM

logo-UNSAM

Biblioteca Central

Buscador de Recursos UNSAM

Avanzado
Biblioteca Central de la UNSAM
Catálogo
Recursos digitales
Formación
Servicios
Libros electrónicos
Asociate
Reglamentos
Reservas de salas
Red de Bibliotecas UNSAM

Maestrxs UNSAM

GABRIELA MATALONI
La bióloga que siembra curiosidad


Profesora de Biología II en la carrera de Ingeniería Ambiental de la ECyT/3iA

A los diecisiete años Gabriela Mataloni ya tenía alumnxs particulares. “Doy clases desde siempre. Mientras cursaba la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la UBA trabajaba en una escuela secundaria como ayudante de laboratorio”.

“Siempre supe que tenía algo para transmitir, pero vencer el miedo —¡sí, los docentes también tenemos inseguridades!—, relajarme y disfrutar fue un proceso de aprendizaje sostenido. Un día cualquiera salís del aula pensando ‘salió bien, lxs chicxs participaron, entendieron y disfrutaron’, y te das cuenta de que sos docente y amás eso”.

El primer maestro de Mataloni fue su padrastro. “Mi viejo, un biólogo frustrado que nos enseñó a mi hermana y a mí a amar la naturaleza tratando de entenderla”. Ya en la primaria, su ídola absoluta fue la maestra de música. “Se llamaba María del Rosario Yáñez. Enseñaba con verdadero amor. Hicimos cosas muy copadas con ella, ¡hasta tocamos en Radio Nacional!”.

Años más tarde, Mataloni tuvo una profesora de Biología en el Nacional Vicente López, María Claverie de Sala, que también rompió todos los moldes. “Teníamos clase en el laboratorio, investigábamos con distintos libros porque no había bibliografía que se adaptara a la forma de aprender que ella proponía, era una genia”. En la universidad conoció a Memo Vélez, un profesor ayudante de Criptógamas, que además de conocimiento rezumaba entusiasmo. “Hoy es un querido amigo mío y sigue inspirando a generaciones de futurxs biólogxs”. También recuerda a su director de tesis, Guillermo Tell. “Sí, se llama así. Fue mi profesor de Limnología”.

Mataloni cree que su mayor aporte en las aulas es el entusiasmo. “El fenómeno de la vida es algo tan increíble que, cuanto más se lo conoce, más maravilla provoca”. Una idea que no contradice la rigurosidad conceptual. “En mis clases trato de sembrar la curiosidad. Podemos estar una hora interpretando lo que hay en la verdulería. ¿Qué parte de la planta estamos comiendo? ¿Cómo crece? ¿Por qué tiene esa textura, ese color, ese olor, ese gusto? Todo tiene su explicación en el marco de la biología: quiero que mis estudiantes logren una mirada comprensiva del mundo que lxs rodea, que después de cursar Biología II, cuando corten un tomate, lo entiendan”.

Mataloni sigue aprendiendo. “No hay dos estudiantes iguales. Cada unx tiene su forma de aprender, y hay que estar dispuestx a entablar un ida y vuelta. Entonces me tomo el tiempo para escucharlxs con humildad y acompañarlxs de la mejor forma posible. Creo que todo se resume en una frase del enorme Paulo Freire: ‘Todos sabemos algo, todos ignoramos algo. Por eso todos podemos ser maestrxs y alumnxs’”.