Trovintek es uno de los seis “bebés tecnológicos” que alberga la Incubadora de Empresas de la Universidad Nacional de Córdoba. Su negocio: la ingeniería magnética.
Agencia TSS – Si un bebé nace prematuro, es colocado en una incubadora. Ella hará las veces de mamá artificial. Le brindará calor y todas las condiciones necesarias para que su vital –aunque todavía frágil– organismo termine de desarrollarse. Lo resguardará de los peligros del “mundo real” hasta que esté listo para enfrentarlos. Finalmente, ante la orgullosa mirada de sus padres, el pequeño habrá madurado lo suficiente como para seguir creciendo por sí solo.
Las incubadoras de empresas cumplen una función similar, desde la gestación de un proyecto hasta el nacimiento de un emprendimiento. Tal es el caso de la Incubadora de Empresas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), emplazada en un edificio de 1400 metros cuadrados que se inauguró en septiembre de 2012 en el Parque Científico Tecnológico. Uno de los “bebés” que están creciendo en su seno es Trovintek.

Su nombre viene de trovi, que en esperanto significa hallar. Por su parte, in remite a innovación y tek, a tecnología. “Hallar innovaciones tecnológicas para los desafíos que se presenten, esa es la idea”, remarca a TSS el Dr. en Física Esteban Anoardo, director del emprendimiento. “El objetivo de Trovintek es ofrecer productos y servicios en el área de la ingeniería magnética, es decir, todo lo que tenga que ver con generación, medición y control de campos magnéticos”, completa.
Este bebé tecnológico tiene dos “padres”, donde se desarrollaron las tecnologías que hoy tienen la posibilidad de llegar al mercado de la mano de Trovintek: el Laboratorio de Relaxometría y Técnicas Especiales (LaRTE) de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (FaMAF) de la UNC; y el Instituto de Física Enrique Gaviola (IFEG), dependiente de la FaMAF y el CONICET.
La empresa apuesta principalmente al diseño y desarrollo de accesorios para sistemas de resonancia magnética nuclear (RMN), una tecnología que tiene aplicaciones en diversas áreas. Por ejemplo, en el diagnóstico por imágenes, utilizada por los médicos para observar el interior del cuerpo de un paciente; en el área alimenticia, para determinar la cantidad de grasa que tiene un alimento; y en exploraciones petroleras. Además, produce gaussimetros, que son aparatos para medir campos magnéticos; y sistemas que permiten adecuar la dependencia espacial de los mismos.
“Estamos intentando hacer algo competitivo a un costo tentador. Quienes compran estos aparatos afuera tienen que pagar el derecho de importación, que es un 50% más. Por otro lado, no cuentan con el servicio técnico de post-venta”, indica Anoardo. Trovintek pretende también ser proveedor de partes para grupos de investigación y fabricar los productos en función de requerimientos específicos.
El investigador destaca que el estatus de empresa incubada los ayuda a tener visibilidad en el medio, les brinda instancias de capacitación y permite una sinergia entre los laboratorios académicos, el centro de transferencia de la FaMAF y la naciente empresa. “Por ejemplo, a los gaussimetros que desarrollamos en Trovintek, los calibramos en el centro de transferencia y les pagamos a ellos, que están en un edificio enfrente del nuestro”, explica. Y concluye: “Si quisiéramos tener acceso a este tipo de servicios de otra forma, sería a un costo muy alto y a largo plazo”.
De cara al futuro próximo, Trovintek se propone incursionar en el área espacial, ya que los satélites utilizan para sus sistemas de guiado, entre otras cosas, tecnología magnética.

15 ago 2013
Temas: CONICET, Córdoba, Empresa incubada, Física, Ingeniería magnética, Universidades