20 AÑOS, 20 TÓPICOS

CONOCIMIENTO

Por. Silvia del Luján Di Sanza

Atender a la dimensión humana del conocimiento nos lleva, hoy, a recuperar algunas facetas que lo configuran, porque no se trata simplemente de un elemento que se añade para vivir mejor, sino que determina la posibilidad misma de vivir, aun desde su fondo más primario. El conocimiento indica el modo humano de diseñar el mundo, la forma de habitarlo y de orientarnos en él. A su vez, desde ese diseñose configuran,también,las relaciones con los otros congéneres, el modo de estar unos con otros.

Este vínculo entre el conocimiento y la experiencia humana se ha expresado en distintas figuras, que podemos pensar como el decantado de las sucesivas transformaciones históricas que lo fueron modelando.

La sabiduría ha sido la primera de esas figuras en la que se ha reunido la diferencia interna al conocimiento mismo, la unidad de teoría y praxis, que en su diferencia expresala unidaddel saber ver (episteme) y el saber obrar (fronesis). El conocimiento, así configurado, está orientado al saber vivir, saber sostener el espacio abierto por la tensión entreel deseo y el esfuerzo, eros y conatus.Cuando, en cambio, el conocimientose estructura bajo la figura de la ciencia moderna, aparece ligado a la idea de un saber estricto. Este vínculo conocimientociencia ha sido visto como el gran logro de la razón humana, calificado como,“el seguro camino de la ciencia”, caminouniversalmente válido y riguroso. Esa seguridad requirió someter toda producción racional humana al tamiz de la crítica, es decir, al examen de sus condiciones, de la forma de producir saber, de los contextos en los que ese saber se elabora, de los alcances, los límites y las formas de legitimación de sus afirmaciones, así como también, de los instrumentos y ámbitos de aplicación. La crítica agudizó el debate acerca del status del conocimiento, la creencia y la opinión, junto con el de los constitutivos ideológicos y utópicos inherentes al mismo. La discusión puso en cuestión al sujeto del conocimiento, si se trata de una subjetividad trascendental, subjetividad lógica universal y neutra que pone las condiciones de la objetividad, o bien, si se trata de una intersubjetividad, ya sea según la idea de una comunidad científica en la que entran en juego valores, creencias y representaciones del mundo, o de una crítica a esa misma subjetividad, vista como otro modo deabstracción.

A su vez, la crisis de la organización disciplinar suscitada frente a la complejidad de los problemas que nos desafían hoy exige una permeabilidad de los distintos ámbitos en los que se elabora el conocimiento, de modo tal que haga posible otras formas de comprensión y de interpretación. Para eso es necesario generar nuevas habilidades cognitivas, entre ellas, la capacidad de silencio y de escucha, la intelección de lógicas diversas, el reconocimiento de los distintos posicionamientos implicados en la diversidad deabordajes y la promoción de formas de reflexión, en las que el pensamiento aspire a expresar la complejidad y densidad de los problemas más que a simplificar las lecturas. En este contexto el conocimiento requiere capacidad para discernir, para crear criterios de estimación, de modo tal que los juicios y argumentaciones incorporen las “otras razones” y no sólo las propias, y, crear criterios desde donde distinguir una situación de otras, porque no todo es igual ni da igual, ni todo se parece, ni todo es asimilable a lo conocido, ni todo lo que puede ser realizado tiene que serlo, es decir, que se ponen en juego decisiones éticas.

Esta capacidad que requiere actualmente el conocimiento “revela la condición humana de encontrarnos a nosotros mismos en un mundo en el que damos sentido en el seno de una combinación de orientaciones”.1 Condición que resulta hoy “indispensable, además, para la apertura de pensamiento requerida en el campo cognitivo, moral y político”.2 Esta forma de disponerse,hoy, la relación entre el conocimiento y la experiencia humana apela a la formación de un pensamiento amplio, que resulta de la discusión de las ideas, la diversidad de perspectivas, la refutación y búsqueda de fundamentación de las afirmaciones de modo tal que incorpore lógicas diversas y, a la vez, esta forma de pensamiento sólo puede lograrse mediante el ejercicio público del pensamiento y la palabra, es decir, en la dinámica de la vida social, en la dinámica institucional.

 

1 Fiona Huyghes, Kant’s Aesthetic Epistemology. Form and World, Edinburgh, University Press, 2007, pp.277- 278.

2 Fiona Hughes, 2007, p. 277.